Vivimos una cultura hostil, un mundo de fuerzas gigantescas que, cada vez más, invade la vida de los pueblos, imponiendo una cultura de la muerte y el abandono de los valores sostenidos desde siempre por la Santa Iglesia Católica. Esto cuestiona la participación tenemos en la construcción de dicha sociedad, por esto, antes que nada, debiéramos plantearnos algunas preguntas:
1. ¿Por qué interesarnos en política?
2. ¿Debemos formarnos?
3. ¿Debemos involucrarnos?
4. ¿Qué acciones en concreto podemos llevar adelante?
5. ¿Podemos oponernos a la marea anticristiana?
Algunas personas creen que el mundo es un lugar impuro, donde no hay lugar para la participación política. Pero.el Orden Natural impone el compromiso de los laicos en la construcción de la polis. Cuando nos abstenemos de la vida política, la estamos entregando a los malvados. Cuando descuidamos nuestra participación, hacemos el juego a quienes usualmente son enemigos de la fe católica.
El Movimiento de Católicos en Política (MCP) se inició a instancias de un grupo de laicos comprometidos de toda Hispanoamérica que deseaban participar en la construcción social del Reino de Dios. Luego de dos capítulos de una Asamblea Fundacional se constituyó formalmente.
La Cristiandad es el ideal más alto que existe en el ámbito público-social, el sumo bien común en su aspecto político, el gobierno iluminado por el Evangelio y la Doctrina SI. Por ello, es una sociedad orientada a su fin último, es decir, la salvación eterna de sus miembros, lo que implica la justicia, la comunión y la paz, el auténtico Reino de Cristo, no sólo reinante en los espíritus, sino en la vida civil, es decir, en sus leyes, costumbres e instituciones.
El fin del MCP es el establecimiento del Reino de Cristo en las sociedades en donde residan sus miembros. Lo que implica, como fin trascendente, la gloria de Dios; como fin inmanente, el bien común; y, como fin particular, la santificación de cada uno de sus miembros, mediante el cumplimiento de los deberes del estado laical, que incluye la participación de los asuntos de la sociedad.