por Adrián Bet
Esa barca que Pedro timonea
se
debate en oleaje embravecido.
El que calma los vientos se ha
dormido
y la tromba en el mar se enseñorea.
Exhausto,
tanto náufrago flaquea
en quillas que las furias han
partido.
Bamboleante, la nave ha persistido
por la fe, y
con su cruz el mar capea.
Sólo el frágil andar de aquel
pesquero,
con su vela al naciente, siempre orienta;
una luz
que en la noche cenicienta,
de esperanza, acaricia al buen
viajero;
transfigura al perdido en heredero
de una tierra
allende la tormenta.
6 Responses
Muy lindo Adrián. Emotivo.
Gracias Leandro!!
Muy bueno🙏
Gracias Isabel!!
verum, bonum et pulchrum!
Deo gratias